Caminare sobre la Luna

Ella camina sobre la luna, sopla muy fuerte, agita mis velas, me hace volar. Llora de noche y me sostiene en su regazo. Despeino sus sueños, me trago sus espinas, disfruto volar.Pero no habrá mas viento, sus parpados callaron por siempre. Respiro muy hondo, trago los últimos cerezos. Las uvas son dulces y su noche me sabe muy fría. Intento caminar sobre el queso luminoso, pero es de día y su crepúsculo no llegara. Me trago los días y me hago el dormido, no quiero abrir los ojos, me siento vivo, etéreo e inexistente, disuelto y absorbido, contenido e incontinente en el suelo de Eros. Se adormece mi alma y mi cuerpo sigue pávido como adentrándome al purgatorio, pero sin ángel guardián. Sin espacio en mi cuna y sin lugar en mis sueños, caminare sobre la luna, hasta adormecerme, hasta chascar mis huesos, hasta que llueva en mi astro, hasta que dure el tiempo, tal vez solo ahora, tal vez solo siempre.